MARTÍNEZ LÓPEZ, FRANCISCO / BROX AUÑÓN, VICTORIA
PRIMERA PARTE - PRELUDIO I. Sentimiento II. Una mano se agarra III. Naciste jardín IV. La amistad no es... V. Recuerdo de un amor VI. No es obra del acaso VII. La noche ha caído VIII. Canto filial IX. Hechicera X. Conoces su sabor XI. Llegaste XII. ¿Ha cesado tu llanto? XIII. Amigos XIV. Dos modelos de cariño fiel XV. Os quiero XVI. Hay una pregunta XVII. A una rosa XVIII. Los ojos de... XIX. Galería de retratos XX. En tiempos pasados... SEGUNDA PARTE - SINFONÍA XXI. Abierto intelecto XXII. Un rastro familiar XXIII. Huellas y perfiles XXIV. Tú, conocedora XXV. Amigos de la infancia XXVI. Desde siempre XXVII. Tú sabías XXVIII. Un mismo lenguaje XXIX. No es fácil XXX. Hoy he vuelto XXXI. Fuente de recuerdos XXXII. En la salud XXXIII. Vosotros XXXIV. Quisiera que XXXV. Libertad, la mejor herencia XXXVI. Cuenca XXXVII. Recodos XXXVIII. Son tus ojos XXXIX. Con ansias XL. Eres amiga TERCERA PARTE - SONATA XLI. Dedicatoria XLII. No podías XLIII. Se empeña XLIV. Nuestra vida XLV. Tres hijas XLVI. Sentado en el sillón XLVII. El alma XLVIII. Despertar IL. Brujas L. Hadas y Hechiceras LI. Cumplir años LII. Salir del LIII. Esta tarde LIV. Apuntes LV. He pensado LVI. Flaxes LVII. Cabellos LVIII. Bravía LIX. Una familia LX. Más allá CUARTA PARTE - SUITE LXI. La mujer del cuadro LXII. ¡Hola, tío! LXIII. La espera LXIV. Serrana LXV. Poeta con LXVI. Doctores LXVII. Entregada LXVIII. Rozas: primera promoción LXIX. A la mujer hermosa LXX. Te conocimos LXXI. No es verdad LXXII. Se fue LXXIII. Profecía LXXIV. La vida LXXV. ¿Por qué ella? LXXVI. Te recuerdo LXXVII. La vida está llena de versos LXXVIII. A la mujer ausente LXXIX. Confidencias LXXX. El misterio QUINTA PARTE - RAPSODIA LXXXI. Todos los LXXXII. Romance blanco LXXXIII. Tres hombres fieles LXXXIV. Bonito nombre LXXXV. Dos sobrinas LXXXVI. A una niña LXXXVII. Ella LXXXVIII. Enamorada LXXXIX. Futuro XC. Melodia incompleta XCI. Retales tempranos XCII. Estirpe Inclán XCIII. Un ideal XCIV. Dolores y amores XCV. Un músico. Un Amigo XCVI. ¿Realidad o ensueño? XCVII. Una mujer pasea XCVIII. Remordimiento XCIX. Alternan C. Diálogo de luciérnagas
LO QUE DICE EL AUTOR.
Mi intento poético pretende ser la expresión del sentimiento. Sobre ese núcleo básico de mi ser y pensar, oscila, baila, se repite y recrea mi palabra.
De pronto, sin aviso, brota de mi interior un torrente de recuerdos, de sensaciones vividas, de asombros nuevos, de esperanzas, de soledades, de ausencias, de deseos. Todo eso quiero, ansío plasmar en frases, en versos, en poemas que reflejen ese sentir convertido en amor. Unas veces, desconsolado, desesperanzado, sumido en la tristeza. En otros casos, la necesidad de vivir, hace que impetuosamente siente el hambre de reencontrarlo, recuperarlo, y gozarlo de nuevo.
He aprendido, seguramente tarde, que el amor vuela, es como una brisa refrescante deseosa de aligerar penas, de llenar corazones. Flota en el mar de los amores, quiere empapar, invadir las arenas secas de las playas desiertas donde están los ciegos solitarios. No descubren que cerca les espera, con alguien a bordo, una barca.
¡Hay barcas para todos!
LO QUE SE DICE DE LA AUTORA.
Inundada por el paisaje. Acaparada por la forma. Todo tu arte es profundo sentimiento. Diálogo inmerso, soterrado, perforador de las entrañas. Brota de dentro, una vez atrapada la belleza, plasmada en trazos enlazados, lienzos inacabados. Parto feliz, mirada rigurosa, insatisfecha. Entendido el mensaje, asimilada la palabra: expresada en tintas, manchas, colores y aromas. Inaudita exigencia para ser fabricante de sueños.