DERECHO PROCESAL PENAL - TOMO III ACTOS PROCESALES

CAPÍTULO V
LA ACTIVIDAD PROCESAL (ACTOS PROCESALES Y SU OMISIÓN)
14. Los actos procesales en general
15. La prueba (actos probatodos)
16. Los requerimientos de los intervinientes
17. Las decisiones judiciales
18. Las medidas de coerción aplicables al imputado

En el momento de aparecer este nuevo aporte a mi Derecho procesal penal no puedo ni debo ocultar varias circunstancias que presidieron su publicación. La primera y más importante se refiere al giro "punitivista", extremo que preside el Derecho penal de nuestros días. Me refiero al Derecho positivo, real, vigente, no a aquel que desarrollan los juristas, quienes, pese a su esfuerzo, no consiguen contrarrestar el avance casi desenfrenado del llamado poder de punir estatal. Ese movimiento determina muy especialmente el significado del proceso penal, cada vez más lejos de predicar como principio la inocencia del imputado durante su trascurso y, por ende, más próximo al ideal de prevenir riesgos, esto es, cada vez más dedicado a asegurar el futuro, con abandono de la idea central acerca de descubrir el pasado. La persecución penal apunta cada vez con mayor convicción a significar un procedimiento de revisión, de control, del ejercicio del poder de punir por decisiones penales ya tomadas de antemano, a la manera del proceso contencioso-administrativo, antes que a establecer un procedimiento necesario para decidir esas medidas que recaen sobre el ejercicio de la fuerza pública, medidas que, por lo demás, están referidas, en especial, al derecho humano de la libertad locomotiva. Esos significados que, como he dicho, no puedo revertir -sólo atino a colocarme en la vereda contraria, claramente minoritaria en sentido político, casi diría, impopular-, contrarios por completo a mi formación cultural y jurídica, me han alejado significativamente del Derecho penal, quizás también del Derecho, de mi vida como jurista, que hoy sólo practico por compromiso, como recuerdo, por excepción.