En los últimos años se ha produeido un cambio de envergadura en el sistema recursivo de nuestra región, que nos obliga a cambios paradigmáticos en el modo como solíamos comprender la impugnación de la senteneia de condena. Este trabajo nos muestra, con claridad, precisión y calidad, la evolución de esos cambios, de la mano de los fallos de la propia Corte Interamericana de Derechos Humanas y las distintas respuestas que han dado los Estados (en los inicios Costa Rica, donde comienza este giro) y luego nuestro país a partir del fallo "Mohamed" y otros que han moldeado el nuevo recurso de revisión integral contra la condena.
Pero todavía este cambio no se ha extendido con toda claridad y de allí la importancia de esta obra, tanto para los estudiosos como para los abogados defensores que siguen buscando la efectividad de la revisión integral. Esta falta de eoncreeión eompleta nos remite a viejos y nuevos problemas.
En primer lugar, el trabajo de Juan Pablo Gomara ubica correctamente el tema como derivación de las exigencias de verdad propias de los sistemas acusatorios. La condena es legítima si los jueces deciden eorrectamente que los acusadores han superado el nivel de exigencia de eomprobación de la verdad, que constituye su carga. Podemos todavía reflexionar e investigar sobre el modo de dar por cumplida esa earga, en especial con las diversas reglas de la epistemología moderna más las decisiones políticas que giran alrededor de la prohibición del "non liquet", es decir, la obligación de sentenciar el caso.