Solo unas breves palabras iniciales, que sirvan como justificación de propósitos, porque la introducción ya contiene las líneas directrices y explicaciones básicas acerca del desarrollo de toda la obra. Eugen Ehrlich recordaba que un libro debe ser escrito de manera tal que su contenido pueda ser resumido en una sola frase. Aceptando ese desafío diría que toda esta obra se sostiene en la idea de que el abandono de los modelos inquisitoriales debe ser acompañado con el establecimiento de nuevas bases para la construcción del saber del derecho procesal penal, como una herramienta indispensable para evitar que la práctica de los operadores desarme los modelos acusatorios aue se van construyendo trabajosamente.