El sistema penal, en su conjunto, es una inmensa maquinaria que comprende múltiples ordenamientos, agencias, dispositivos y prácticas formales o informales que se desarrollan en el seno de la sociedad. Este complejísimo y variado sistema no es por cierto el único que se ocupa de la normalización y el control social, pero su valor político y simbólico es de primera importancia.
Con el tribunal de jurados populares se incorpora un nuevo actor en la representación jurídico-teatral-agonística de la función "juzgar". El miembro del jurado es un sujeto "cualquiera", un ciudadano "común" que se caracteriza por ser portador de "sentido común" difuso y carente de sistematización. ¿Es el jurado popular por esto la arbitrariedad que hace pie en el reino de una justicia razonable, imparcial y objetiva? ¿O, por el contrario, es la ocasión de una experiencia deliberativa en las entrañas del aparato represivo? Este libro está destinado a esa mujer u hombre que no se ha (de)formado en las "ciencias jurídicas" y que asume su condición de ciudadano emancipado de la tutela de los "doctores". Los trabajos que integran esta publicación no solo aportan información sino que, desde distintos enfoques, intentan participar en el debate planteado.