El surgimiento de las redes sociales ha cambiado profundamente la manera en que interactuamos con la tecnología a diario. En lo cotidiano, usamos las redes sociales para un abanico de propósitos, por ejemplo, para compartir fotos o comentarios con familiares y amigos, para reconectarse con los excompañeros de la escuela, para comentar las noticias en los diarios, o también para buscar pareja o romance. Hoy ya es indiscutible que las redes sociales son un fenómeno de dimensiones globales.
Actualmente hay millones de mensajes y publicaciones en las redes sociales por minutos, de tal guisa que se ha llegado a observar que las redes sociales se encuentran incrustadas en nuestra cultura y que no ha habido en la historia algún otro foro en que el discurso fuera tan prolífico. Y de esta facilidad de expresarse libremente surge la oportunidad de crear contenidos falsos. Alrededor del mundo podemos encontrar numerosos ejemplos de contenidos falsos: exageraciones, rumores, personas con perfiles falsos, entre otros. Lo cierto es que las redes sociales despertaron una actitud en cierto modo despreocupada con relación a la verdad: el velo de anonimato que da la red social, sea este real o percibido, facilita a los usuarios la diseminación de contenidos falsos.
En los últimos años hemos podido observar numerosos casos en que los usuarios de redes sociales publican información falsa sobre emergencias o catástrofes naturales. Este efecto se vio claramente en los casos de las explosiones de bombas en la maratón de Boston del año 2013, cuando los canales de noticias descansaban en los posteos de los usuarios de redes sociales para sindicar como responsables a personas inocentes, informar equivocadamente que los autores fueran detenidos, y, por último, manifestar incorrectamente que se habían encontrado más aparatos explosivos. Otro icónico ejemplo de fake news es el denominado Comet Pizza rumour, cuando en el año 2016 se acusó a Hillary Clinton y a su jefe de campaña, John Podesta, de regentear una red de pedofilia y tráfico de personas desde el sótano de una pizzería en Washington. Dicha acusación provocó que Edgar Maddison-Welch se trasladara desde Carolina del Norte con un rifle y disparara tres veces contra la pizzería a fin de liberar a las supuestas víctimas. Aun cuando el rumor fue desmentido a la brevedad y Maddison-Welch fue detenido, una encuesta tomada una semana después de los hechos mostraba que el cuarenta y seis por ciento de los votantes de Trump seguían creyendo en la acusación. En este contexto, Craig Silverman acuñó el término fake news para aludir a las historias falsas, especialmente las que circulaban por Facebook, que superaban a los canales convencionales de noticias durante la elección presidencial norteamericana de 2016.