El inminente cambio del escenario tutelar para menores en ámbito federal, para transitar a un sistema penal atenuado obliga a realizar un recuento historiográfico de la humanidad juvenil ante el estado de derecho a partir de la era moderna.
Las realidades de las dos centurias pasadas son distintas a las del presente siglo XXI, hoyen día podemos afirmar que el adolescente tiene capacidad, aptitud e inteligencia para poder decidir su destino, de comprender lo bueno y lo malo, y por lo tanto, se deben abandonar los falsos discursos paternalistas y hacerlo titular de sus propios conflictos.
El actual sistema de justicia penal para adolescentes intenta recobrar la legitimidad de la intervención del estado en la solución de los conflictos originados por la criminalidad minoril.
Los órdenes paternalistas encontraron su justificación en la adopción de medidas tutelares para integrar socialmente al adolescente, pero el correspondiente procedimiento para-jurisdiccional inquisitivo ha venido violentado sus derechos fundamentales, por ello se propone al garantismo penal como el eje de la intervención estatal en la solución del conflicto punitivo originado por el adolescente medianamente imputable.
Teniendo como antecedente su obra de 600 años de ajusticiamiento penal para menores, con la presente obra el autor da continuidad a su infatigable esfuerzo por la búsqueda del saber penal.