El retorno a la democracia y la aceptación de la estabilidad macro económica como prerrequisito del desarrollo pueden considerarse los más importantes logros de la opinión latinoamericana durante la década de los ochenta, al finalizar el siglo XX. El hecho que se hubieran realizado, desde entonces, más de cien elecciones democráticas en toda la región no significa, sin embargo, que el hemisferio se hubiera "democratizado" en el sentido integral de la palabra.
Aun más, estamos lejos de haber llegado a configurar lo que un reciente estudio del PNUD denomina una auténtica "democracia de ciudadanos"; los altos niveles de exclusión social, la crisis recurrente de los partidos y el colapso de los viejos sistemas presidencialistas de gobierno, están inclusive colocando en entredicho estos mismos avances en materia democrática. Así parecen confirmarlo la multiplicación de protestas provocadas por movimientos sociales de distinto origen, como los indígenas de Ecuador, los cocaleros de Bolivia, los piqueteros de Argentina, los sin tierra de Brasil, los zapatistas en México quienes, prácticamente, están poniendo contra la pared los sistemas democráticos de la región y establecido una peligrosa nueva especie de democracia callejera.
Poco o nada han podido hacer, frente a estas realidades emergentes, las reformas constitucionales que han tratado de modernizar los sistemas políticos y profundizar la naturaleza garantista de nuestros ordenamientos jurídicos. Al contrario, lo único que han conseguido es hacer más protuberante la diferencia entre un marco normativo ideal y una realidad social fragmentada que lo niega en la práctica. Muchos países, al introducir reformas constitucionales de última hora en medio de crisis políticas, han caído, de nuevo, en el "fetichismo normativo" de pretender cambiar la realidad con la expedición de nuevos estatutos jurídicos (BOAVENTURA SOUSA DOS SANTOS, 2002).
Esta paradoja de una realidad conflictiva que avanza en contravía de las respuestas institucionales para manejarla es planteada para el caso colombiano por el Profesor EDGAR GONZÁLEZ de manera recurrente en el texto que hoy presento.