A direrencia de otro libro semejante -Bases críticas para un nuevo derecho penal-, este tiene por objeto considerar no solo el aspecto jurídico penal, sino la totalidad del sistema penal, como forma específica del control. Por tanto, la llamada cuestión o fenómeno ciminal se entiende no como algo puramente individual o social, sino en primer lugar como una construcción desde el control, entendido este como una forma de organización concreta del poder.
Fundamentar la construcción de un determinado delito y con ello el control del estado ha de significar también poner límites en relación con su ejercicio sobre el ciudadano. La fundamentación no se basta a sí misma , no se legitima, si al mismo tiempo no es un límite de control. Es el control de control. Por eso el cuidadano, además, ha de estar en posibilidad de revisar tanto la fundamentación como los límites al control y con ello su legitimación. Pero esta revisión al poder y control del Estado, no solo en relación con el aparato, con la sociedad política, sino también con la sociedad civil, pues hasta ella se extiende ese poder y control que son expresión del sistema en su conjunto. La única diferencia es que en la sociedad política aparecen siempre más evidentes y formalizadas, sin perjuicio que estas característicastambién se observen en la sociedad civil (las costumbres y usos son una clara expresión de ello). El desconocimiento de esta realidad podría hacer creer ilusamente en que la realización de la utopía hoy es desplazar todo el control hacia la sociedad civil, como si esta fuera independiente del sistema y, por tanto,"pura", aboliendo así el poder y el control. Con lo cual lo único que se logra es hacerlos menos transparentes y legitimados por si mismos, lo que se traduce en que resultan ajenos a la revisión crítica del cuidadano. Hoy la cuestión criminal no pasa por la supresión del aparato del Estado y del sistema penal, como su forma concreta, la cual es una irrealidad -y por ello sería solo encubrir o disfrazar el problema-, sino en reducirlo al mínimo en cuanto control, hacerlo efectivamente igualitario y someterlo constantemente a revisión crítica.