La obra del profesor Velásquez Gómez, que hoy se ofrece al auditorio jurídico del país (abogados, jueces y estudiantes de derecho), se proyecta como un moderno tratado de las obligaciones: completo, actual y didáctico. Lo primero, porque a decir verdad, la temática se agota materialmente. En las cinco partes que integran la obra, el autor aborda el estudio de toda las aristas del régimen de las obligaciones, empezando por los aspectos generales que lo aproximan a la onto-logía del concepto, para luego seguir con una amplia clasificación, profundizando en el examen de cada una de las especies, y con estos elementos entrar de lleno en el análisis de los efectos generales de las obligaciones, tratados en la tercera parte. La cuarta y quinta parte, en un desarrollo metodológico que da claridad a la obra, se destinan al estudio, en su orden, de la transmisión y transferencia de los créditos y obligaciones, y los modos o formas de extinción de las obligaciones, igualmente examinados con solvencia académica.
La actualidad y modernidad del libro, a simple vista se verifica, por cuanto el autor, como antes se anotó, haciendo gala de su inclinación constitucionalista, asume interpretaciones de las antiguas instituciones conforme a la Constitución Política de 1991, en todo caso cargadas de equidad y del sentido del Estado social de derecho. Pero además, los conceptos propios, muchos entre otras cosas, y discutibles algunos, los adoba con modernas doctrinas, y sobre todo con invocaciones jurisprudenciales de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte Constitucional, no siempre para compartirlas, porque son plurales las ocasiones de disentimiento, con argumentos sólidos y objetivos. Dijimos también que el texto era didáctico, no sólo porque la pulcritud del lenguaje lo hace claro, sino por su desarrollo metodológico y porque el autor no se queda en la especulación teórica, pues cada uno de los elementos objeto del estudio cuenta con la fuerza ilustrativa de la casuística o el ejemplo, tomado de la práctica profesional o del ejercicio académico. A propósito de esta última caracterización, ya para finalizar, digamos que el autor, el abogado Hernán Darío Velásquez Gómez, es un reconocido profesional del derecho en la ciudad de Medellín, quien en los inicios de su carrera abrevó en la experiencia de la judicatura, para luego dedicarse a un ejercicio intenso y exitoso de la profesión de abogado, combinado con la función de docente en las principales universidades de Medellín. Por consiguiente, se trata de un jurista en todo el sentido de la palabra, con convicciones éticas, que dan garantía de la objetividad, imparcialidad, seriedad y responsabilidad de sus obras, obviamente empezando por esta que ahora presento con admiración.
JOSÉ FERNANDO RAMÍREZ GÓMEZ
Ex presidente Corte Suprema de Justicia
Bogotá, noviembre de 2008