Todo esto, para llegar al libro de Pedro Federico Hooft, Bioética, derecho y ciudadanía: Casos bioéticos en la jurisprudencia. Él es un buen ejemplo de dónde están hoy las relaciones entre ética y derecho, y cómo el método de la deliberación es común a ambos dominios. Queriendo hacer buen derecho, Hooft tiene que utilizar argumentos morales. Y su resultado, estrictamente jurídico, es a la vez rigurosamente moral. Y es que resulta de todo punto imposible moverse en uno de esos dominios sin el concurso del otro. En una ocasión célebre, Kant escribió: "Los pensamientos sin contenidos son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas". No creo que eso que dice Kant sea así, pero sí estoy convencido de que el derecho sin la ética es ciego, y que la ética sin el derecho resulta, al menos en parte, vacía. Y es que, volviendo al principio, ética y derecho son los dos sistemas normativos de toda sociedad. El libro de Pedro Federico Hooft es buena prueba de ello.
Diego Gracia