Nuestra esperanza es que ni estas palabras preliminares ni el contenido de la obra que se presenta hoy al lector le resulten nimios o insustanciales. Creemos que, una vez conformados los tribunales de la ley (democráticos y republicanos, tal nuestra preferencia), la ciudadanía se debe hallar en condiciones de obtener el debido acceso a la justicia, la cual, en tal contexto, debe ser dada a todos, sin discriminación o particular atención a rangos, números, riqueza o grados de posible influencia.
También es real que, al juzgar una causa, los hechos, la evidencia y las circunstancias acreditadas en ella son "sagrados". En tal ámbito y contexto que los jueces deben atenderlos prioritariamente para pronunciarse conforme a derecho, sean cuales fuesen los deseos, las aspiraciones o el dictado de las pasiones que ellos mismos y las partes intervinientes alberguen en su seno.
Dicho lo anterior, hemos de señalar ahora que este trabajo se encuentra prioritariamente enderezado a ameritar el modo en que los magistrados proceden a interpretar la vigencia y el sentido actual de un texto fundamental puesto en vigor hace ya muchos años, pero que se encuentra llamado a regir también las vivencias presentes de los ciudadanos.