Esa difusio´n del conocimiento que solemos clasificar junto con la calefaccio´n a vapor y el modernas, ha causado en forma incidental el surgimiento de una nueva perversio´n: el vicio de la lectura. No hay vicios ma´s difi´ciles de erradicar que aquellos que popularmente se consideran como virtudes. Entre ellos, el vicio de la lectura es el principal. Por lo general, uno esta´ de acuerdo en que leer porqueri´as es un vicio; pero la lectura por si´ misma el ha´bito de la lectura aun con lo reciente que es, ya se clasifica junto a virtudes tan habituales como la frugalidad, la sobriedad, la costumbre de madrugar y el ejercicio fi´sico regular. Existe en verdad algo particularmente agresivo en la virtuosidad del sentido del deber que tiene un lector.