Una mujer desaparecida y su búsqueda en Cumando, pero especialmente en la memoria; un joven secuestrado cuya obsesión construye la trama de una venganza; el periplo nocturno de unos niños a un panteón de fetos, a un jardín de violaciones, a presenciar el manjar de los perros; la historia de alguien que se convierte en una suma de deserciones; el joven que planea su fuga del internado, justo en la víspera de su salida oficial; una pareja acorralada por las llamadas telefónicas de un mudo; la mujer madura que juega el papel que un desconocido le propone: ser la prometedora cantante de rock de los años ochenta, treinta años después. Los textos de Los echamos de menos ejercen cierto hechizo en los lectores, estos cuentos, poseedores de una atmósfera envolvente y en momentos hipnótica, son el escenario de la violencia cotidiana más allá de los clichés de lo explícito que caracteriza mucha de la literatura actual.
