En los últimos cincuenta años, desde las revueltas y movimientos de los años sesenta del siglo XX y las reacciones políticas y económicas de principios de los años setenta a esos movimientos, tales como el Consenso de Washington y el neoliberalismo, se han venido sucediendo una serie de cambios importantes en el campo del estado y en consecuencia del Derecho, que alcanzan una dimensión global y un efecto práctico directo en los ordenamientos nacionales y en la racionalidad jurídica, que van desde la desregulación hasta una sustitución e inversión de los fines y funciones del Derecho, de sus mecanismos y de los objetivos que se le señalan. Estos cambios sin embargo no han ocurrido solo en esos campos, sino que se enmarcan en un escenario mayor de mutaciones, rupturas y continuidades entre el paradigma moderno de razón instrumental y las teorías y prácticas de diversas disciplinas que han venido cuestionando primero y remodelando después, las concepciones científicas, políticas y de sentido común sobre la realidad y las teorías de explicación, adecuación o imputación que se hacen sobre ella.