El crecimiento de los servicios digitales se ha traducido en cambios importantes en los modelos de negocio y en los procesos de creación de valor de las empresas, planteando oportunidades y nuevos desafíos para las autoridades fiscales, las cuales deberán establecer y fortalecer el marco regulatorio de las plataformas digitales.
Ramiro Ávalos Martínez aborda en esta obra el entorno en que las autoridades de México están afrontando los desafíos de los sistemas tributarios diseñados en una época no digital, con base en el marco normativo establecido en el país a partir de 2019.
El autor analiza el contexto en que evolucionan las plataformas digitales en México, que explica en gran parte la realidad fiscal vigente, marcada por diferencias incluso entre las entidades federativas del país y que, se prevé, será motivo de una transformación constante.
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Desde finales de los años noventa del siglo pasado, la revolución digital ha transformado a la economía y a la sociedad, trazando la evolución de una economía digital. Esta transformación es resultado del uso creciente de las plataformas digitales como modelos de negocios de oferta de bienes y servicios para los diversos modelos de producción y consumo, que han favorecido una potencial erosión de la base tributaria por parte de las empresas multinacionales, en el sentido de que las leyes fiscales internacionales y nacionales no han avanzado a la par de estos nuevos modelos de negocios.
La nueva forma de ofrecer y consumir bienes y servicios en la economía digital ha tenido un impacto positivo en el crecimiento económico durante los últimos años, al reducir los costos de las empresas y permitirles ser más productivas y, al mismo tiempo, expandir geográficamente su mercado, entre otros beneficios que requieren nuevas formas de interactuar en todos los ámbitos.
Esta realidad ha planteado la necesidad de establecer una ingeniería fiscal que puede adoptar diferentes formas, de acuerdo con la infraestructura y visión de los países, pero con una finalidad compartida: evitar la evasión fiscal.
Lo anterior motivó que en 2013 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), junto con el Grupo de los 20 (G20), elaborara el Proyecto BEPS (Erosión de la Base Imponible y Traslado de Beneficios, por sus siglas en inglés), en un intento por abordar los desafíos de la economía digital a nivel global.
A la par de las acciones BEPS, los países se han esforzado por afrontar esta nueva realidad de forma individual. En México, era indispensable que se estableciera la normatividad regulatoria en materia fiscal, para que los servicios digitales prestados por residentes en el extranjero sin establecimiento permanente en territorio nacional fueran sujetos del pago del impuesto al valor agregado (IVA),
ya que la falta de ella generaba una desventaja para las plataformas tecnológicas nacionales, que por los servicios digitales que brindan a los usuarios deben cobrar y pagar el respectivo impuesto.