Santiago Oñate Salemme fue sin asomo de duda un hombre polifacético, de vasta cultura y de singular erudición, con valía en ambos mundos jurídicos: el de la academia y el del litigio. No obstante lo breve de su actuación en ambos, sus logros han perdurado más allá de su propio recuerdo. Su obra pudiese considerarse escasa, comparada con la de otros académicos de su tiempo, pero la trascendencia de sus investigaciones, hallazgos y escritos conserva no sólo vigencia, sino actualidad. La mayoría de los jueces y magistrados del Poder Judicial de la Federación saben que el juez Pedro Sámano fue el autor de la primera sentencia de amparo, mas muy pocos conocen que su descubrimiento, casi un siglo después de pronunciada la resolución, se debe no al trabajo de un investigador acucioso o a la indagación de un juzgador, sino a la insaciable curiosidad e indeclinable persistencia de un litigante cuyas áreas de interés no conocían límites. La presente edición se propone ubicar a Santiago Oñate Salemme en los tiempos, circunstancias y contextos que moldearon su vida, para así estar en aptitud de plantear, a cincuenta años de su prematura muerte, la interrogante acerca de si el hecho de que perdure su recuerdo obedece a haber sido un litigante representativo de los abogados de su generación o, por el contrario, al hecho de haberse distinguido o diferenciado del resto de sus colegas.